El 15 de mayo se celebran simultáneamente dos fechas significativas impregnadas de profunda y honda emotividad, el Día de la Independencia Nacional y el Día de la Madre.
En primer lugar, aunque todos los días sean para homenajear a la Patria, esta grata conmemoración de los 206 años de vida independiente toda la ciudadanía paraguaya celebra este histórico acontecimiento de la Patria Libre, Independiente y Soberana; es una fecha muy especial de reencuentro fraternal entre todos los paraguayos, en que nos redescubrimos en nuestros valores originales de nuestra identidad cultural y, sobre todo, valoramos con admiración y gratitud a nuestros ilustres héroes, que tuvieron el coraje y la firme y decidida determinación de liberarnos del yugo español y las pretensiones anexionistas de Buenos Aires y Portugal.
Este valiente triunfo de la independencia fue felizmente incruento, pero nuestros héroes tuvieron que superar con inteligencia, rapidez, astucia y coraje, los múltiples y difíciles obstáculos internos (los grupos Españolistas, Porteñistas y Filoportugueses) y externos de nuestros países vecinos.
Desde luego que esta lúcida consciencia de un Paraguay independiente, ya fue gestada mucho antes en los Siglos XVII y XVIII, con la Revolución de los Comuneros, el Primer Grito Libertario de América.
Asimismo, la Declaración más explícita de nuestra Independencia fue proclamada como la Primera República de América del Sur en el Segundo Congreso Nacional de 1813.
La alegría colectiva de esta conmemoración, nos obliga a asumir nuestro patriótico compromiso de seguir defendiendo sin titubeos ni debilidad, sino más bien con firmeza, nuestra democracia republicana, y nuestra soberanía territorial, política, económica, social y cultural, en este arrollador proceso de globalización, tal como lo hicieron nuestros héroes de todos los tiempos.
La UPAP es raigalmente Paraguaya, e identificada con nuestra identidad nacional, y por ello, se adhiere fervorosamente como comunidad educativa a la exultante celebración de esta memorable fiesta patria.
Por otra parte, también hoy rendimos un especial homenaje a todas las madres, reiterando nuestra eterna gratitud, porque es la madre la que nos regala la vida y nos inserta en la historia humana.
El escritor Francés Malraux afirma que: “Dios tiene una secreta complicidad con la mujer, con quien comparte la continuidad de la vida humana, en este maravilloso mundo”.
En realidad, la madre es única e insustituible, con su permanente cuidado, cariño y su ternura en la niñez, con su sacrificio heroico para desarrollarnos en la juventud y en la madurez; y es el refugio incomparable en donde recurrimos en momentos de adversidades, dificultades y sufrimientos.
Su amor es absolutamente fiel, y está siempre con los brazos abiertos para ayudarnos en todos los momentos difíciles de nuestra vida, a pesar de todos los pesares y aún en contra de todos los obstáculos que surjan en el camino de la vida.
Además, ella nos transmite los valores fundamentales para definir nuestro Proyecto de vida y nuestros sueños e ideales, que sostienen nuestra existencia.
Muchas veces, a causa de nuestra ingratitud no la valoramos suficientemente, pero cuando la perdemos, la orfandad que nos abruma es incomparablemente dolorosa y trágica.
Recuerdo un conocido relato literario: En ocasión de que una familia acogiera como huésped a un obispo, y en la despedida le piden unas palabras en el álbum familiar sobre su madre, a lo que respondió emocionado: “no me pidáis el nombre de mi madre, porque llenaré de lágrimas vuestro álbum, pues ya la he perdido”.
Por todo lo cual, la UPAP felicita efusivamente a todas las madres alumnas, funcionarias y las madres de los alumnos y egresados en esta grata y feliz fecha, que nos llena de mucha alegría y admiración por la generosidad sin límites ni fronteras de la maternidad.
Prof. Dr. Gerardo Fogel
Rector – UPAP