Para entender los desafíos que afrontan los futuros profesionales de la salud es preciso mencionar el siempre latente factor tecnológico y es que separar la revolución digital, por darle una denominación general, de cualquier campo de acción humana es casi imposible y esto deviene, por ejemplo, del avance de las tecnologías emergentes que podemos denominar como grandes adelantos en distintos campos, pero que aún no han alcanzado la madurez; inteligencia artificial (IA), big data, cobots y computación cuántica son algunos de ellos.
En este contexto, José María Palacio (2021) señala que no es posible imaginar con exactitud todos los escenarios de forma certera, pero si corresponde poner especial interés a la “asistencia sanitaria digital, la historia clínica digital, la receta electrónica, la tele salud, la robótica, la inteligencia artificial, el uso de los datos individuales y masivos en salud y todos los usos que mejoren la accesibilidad al derecho de los ciudadanos a la medicina personalizada de precisión”, como bien lo menciona en un estudio publicado en la Revista Bolck Chain Inteligencia Artificial, edición 2021.
Entonces, sin entrar a definir cada uno de los campos mencionados y centrando interés en las aptitudes y características de los futuros médicos se puede dilucidar un panorama en el que los profesionales, y los contenidos de aprendizaje/enseñanza de la educación superior, deben proveer herramientas innovadoras para hacer frente a las nuevas perspectivas. En este entorno tecnológico la medicina de investigación y el análisis de datos serían las especialidades más demandadas.
Por otra parte, el universo jurídico que deberá regular estas relaciones con la medicina, la inteligencia artificial y el uso creciente de robots es un ámbito que requerirá de perfiles especializados en ambas áreas conexas. De la misma forma, el concepto de “las 4P” nos habla de la personalización, la predicción, la prevención y la participación como los grandes pilares de la medicina venidera.
De ese grupo sobresale la personalización en la medicina, que impulsa una precisión superior adaptada a cada individuo con sus particularidades genéticas y socioculturales, para brindarle tratamientos ajustados a su medida, o más precisamente, estudia la composición molecular de cada individuo para el diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades lo que traerá consigo necesarios cambios en la forma de aplicar y gestionar los recursos sanitarios.
De esta manera, hablar del perfil médico requerido para el futuro es necesariamente hablar de herramientas digitales y diversificación del contenido en la enseñanza. En este aspecto resaltan regulaciones como la Estrategia Nacional de Salud Digital 2018-2024 de la Argentina, representado la tendencia creciente hacía un servicio de salud digitalizado, siendo las bases la obtención y gestión de datos para mejorar la cobertura, es una muestra de cómo los sistemas de salud incorporan cada vez más las tecnologías emergentes y por ende personal orientado a la investigación y a la digitalización.