El último tramo del año suele tornarse más complicado debido a las diferentes exigencias y objetivos que se plantea una persona a lo largo del año. En esta etapa, generalmente apremian los compromisos, deberes y balances de lo que aún queda por terminar antes de cerrar un nuevo año.
La mayoría de las personas centra sus esfuerzos en cumplir con todas sus actividades, en el caso de los estudiantes, en aprobar sus exámenes, presentar trabajos finales y por sobre todo pasar al siguiente curso o año, en algunos casos, otros se alistan para egresar como profesionales en el ámbito en el que se están preparando.
Muchas veces encontrar un equilibrio se torna un poco difícil, sin embargo, emplear algunas estrategias puede ser de utilidad para lograrlo. Para hacer frente al estrés que se acentúa en el último cuatrimestre del año es necesario identificar los motivos que lo generan. Entre ellos se deben diferenciar los motivos, personales, culturales y sociales.
Por un lado, la sensación de no haber cumplido las metas personales fijadas al inicio del año, la responsabilidad de aprobar exámenes, de culminar la carrera, de presentar trabajos, de realizar un balance y notar que aun queda mucho por hacer suelen influir en el estado de ánimo de las estudiantes.
Los sentimientos de añoranza que afloran en esta época del año, aumentan con la llegada de las fechas festivas, también marcan ciertas manifestaciones y sensaciones. Más aún si una persona se encuentra fuera del hogar, en la mayoría de los casos por trabajo o estudios.
Socialmente la presión por cumplir con todas las tareas aumenta, reuniones, festejos, exámenes y visitas pendientes, generan ganas de querer realizarlo todo al mismo tiempo, lo que se vuelve contraproducente y solo genera más estrés.
Son cinco los aspectos que se deben tener en cuenta para afrontar el último cuatrimestre del año:
- Organizarse: la organización será primordial en los últimos cuatro meses del año, no dejar todo para último momento es de suma importancia.
- Fijar objetivos: visualizar entre lo urgente y lo importante, ayudará a la optimización del tiempo.
- Ser razonable: diferenciar entre lo que se desea y lo que está en las posibilidades de uno.
- Pedir ayuda: no siempre se debe poder con todo, muchas veces se requiere de ayuda y eso es completamente normal.
- Hacer un balance: destacar lo positivo de cada logro alcanzado y reprogramar aquello que no se concretó en este periodo.
El último tramo del año debe ser visto como una oportunidad de lograr aquello que nos propusimos al inicio, siempre y cuando estén dadas las condiciones para lograrlo. Si no, podemos replantear esos objetivos e ir programando nuestras actividades con miras al nuevo año que se acerca.