El Centro de Estudiantes del Colegio Campoalto, dio a conocer ante un auditorio lleno en el salón Villa San Juan, de la Universidad Politécnica y Artística del Paraguay (UPAP) Sede Central, a través de una conferencia de prensa, los pormenores del Intercolegial Deportivo BASA -UPAP Campoalto 2024, que cuenta con el apoyo de la UPAP.
La fiesta deportiva se realizará los días 20, 21, 22, 27, 28 y 29 de septiembre. Participarán aproximadamente 25 colegios de la capital y alrededores y contemplará las modalidades fútbol masculino y femenino, básquetbol masculino y femenino, vóley masculino y femenino, futsal masculino y hándbol femenino, la cita será en el predio del colegio Campoalto y también en Las Almenas. El evento promete cerrar el último y mejor intercolegial de este año.
“Después de meses de exhaustivo trabajo, anunciamos este lanzamiento. Quiero agradecer profundamente a todos los colegios que pudieron venir al lanzamiento, a mis compañeros de la promoción 2024, con quienes estuvimos trabajando en estos últimos tiempos, a nuestros padres, que siempre están detrás nuestro, acompañándonos en todo lo que necesitamos, y por sobre todo a Dios, que hace posible que estemos acá”, expresó Ignacio Acuña, Presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Campoalto.
Añadió que sueñan con que los participantes vivan experiencias únicas, con mucha competencia, pero también con rivalidad sana y sobre todo, diversión. Asimismo, manifestó que es un evento muy especial, porque es el cierre de todo un año de intercolegiales, lo que conlleva una gran expectativa y responsabilidad. “Estoy convencido de que somos capaces de estar a la altura y de poder brindarles el último mejor intercolegial de este año”, aseveró.
En el lanzamiento estuvo presente el Dr. Manuel de Jesús Viedma Romero, Rector de la UPAP, quien brindó unas palabras de aliento a los jóvenes y a los presentes en general. Destacó su amistad y hermandad con el fundador del colegio, el doctor Pablo Pratmarsó y manifestó que tenía una marcada ilusión sobre cinco pilares para la juventud: La fe católica, la victoria de nuestro pueblo, la educación, la identidad y sobre todo volver a un renacimiento del ñanderekoha en guaraní, que en castellano significa nuestra manera de ser.
“Hablamos el español y el guaraní perfectamente en todo el país, que es un vestigio de lo que era la impronta constituida por el trabajo impresionante de los jesuitas, los sacerdotes y nuestros ancestros guaraníes que tuvieron su aporte, que no tenían las capacidades aparentes que tenían los europeos, y que serían en aquel tiempo una base sustancial en las Ciencias, a través de los libros de las universidades. Los guaraníes no tenían ni escuelas, ni libros, pero la identidad que hemos heredado de ellos, era la gran profundidad de nuestros pueblos, el leer el comportamiento de la naturaleza que hoy está depredada”, contó el rector de la UPAP.
Los inicios
La máxima autoridad de la UPAP, recordó además los orígenes del colegio Campoalto, hoy consolidado ya con más de 40 años. “El doctor Pablo Pratmarsó, iba a nuestra humilde casa los sábados y domingos, a pasar el día tratando de masticar, digerir y aplicar los sueños que él traía para la juventud”, rememoró. Más adelante y una vez tenido el predio con la ayuda de sus padres, naturales de Barcelona, el visionario empezó a explorar y dar vida a lo que sería el nombre del centro educativo.
“Se enamoró de un sitio que hemos recorrido en la periferia, en la fusión de un campo elevado, lleno de sol. Y me dijo: ‘¿qué te parece si le llamamos a nuestro colegio Campoalto?, iluminado por el sol, como sello. Y hemos logrado identificar con un logotipo y también Las Almenas. Empezamos con un colegio de parvularios, así empezó el colegio”, expuso.
Posteriormente, comentó que abrió las puertas del modesto colegio para que puedan asistir jóvenes de escasos recursos, para formarlos como electricistas, carpinteros, especialistas en mano de obra calificada.
“Tengo el orgullo de haber sido amigo de un santo varón. Era profesor también de la Universidad Nacional de aquel tiempo y todo lo que producía, prácticamente aplicaba dentro del colegio Campoalto. Pero la ilusión de él era agradecer estar juntos con otros colegios, con nuestros padres, nuestros hermanos, con los profesores, gracias a Dios”, significó.