En Paraguay, el 5% de las adolescentes que viven en situación de pobreza tuvieron al menos un hijo o hija antes de los 15 años, según datos de la ONU. Cuando los números revelan una dura realidad en la maternidad y la infancia paraguaya; la Fundación Naho se erige como un faro de esperanza. En este camino, de construir nuevas realidades, se suma la UPAP, brindando apoyo y contención psicológica a las madres en situación de vulnerabilidad a través de su programa de prácticas universitarias, incluso, becas para carreras de grado.
Esta es la historia de Liz (21), quien tuvo que asumir sola las responsabilidades de un embarazo precoz, sin posibilidades económicas y muchas piedras en su camino, al intentar cuidar de sus dos hijas. Pero su vida ha dado un giro inesperado: “Al llegar a la Fundación Naho recibió la atención primaria y le ayudamos a terminar el colegio. Hoy día, está trabajando en una empresa”, relató emocionada, Rebeca Mendoza, Directora Ejecutiva de la organización que se dedica a mejorar la calidad de vida de las madres adolescentes en situación de vulnerabilidad del Bañado Sur y zonas aledañas a Asunción.
Al igual que Liz, muchas jóvenes asumen el mandato de la maternidad en un contexto signado por adversidades: “El 20% de las adolescentes que están en la Fundación sufren por problemas de drogas o violencia intrafamiliar, sobre todo”, lamentó Rebeca Mendoza. “Por esta razón, desde la UPAP, nos pareció necesario acompañar a los programas de la Fundación y apoyar también a los emprendimientos de las jóvenes, como las miniferias organizadas por las beneficiarias, donde todo lo recaudado es para cubrir algún tipo de necesidad que ellas ven”, aseguró la Sra. Claudia Rodas, Titular de la Sede Central de la UPAP, en el marco del convenio entre ambas instituciones.
Como parte de este convenio de cooperación, la UPAP brinda becas para las carreras de las facultades de Ciencias Jurídicas, Ciencias Sociales y Humanidades y Ciencias Empresariales a personas designadas por la Fundación Naho. Así también, la Universidad otorga talleres de habilidades blandas, con el propósito de preparar a las jóvenes para su incursión en el ámbito profesional y laboral.
Acompañamiento y Orientación Psicosocial
Cuando la maternidad se presenta en la adolescencia, las mujeres requieren un sostén socioemocional: “En respuesta a esa situación, hace aproximadamente 1 año y medio, desde la UPAP estamos trabajando con Fundación Naho, en el programa de vinculación universitaria que implica que, los estudiantes de la Sede Central desde el 2° de la carrera de Psicología asisten a las jóvenes madres de entre 15 a 30 años”, explicó la Prof. Patricia Escurra, psicóloga y encargada de la cátedra Práctica Sociocomunitaria.
Tras su implementación, la especialista consideró que, esta experiencia, se constituyó en una instancia de formación en terreno, “que permite contrastar -en forma integradora- la teoría con la práctica, y conectarse desde los primeros años de formación con necesidades de la comunidad en la que deben intervenir, participar y actuar; mediante actividades que se articulan con el plan curricular”.
“Como parte de las acciones de extensión universitaria, los estudiantes están llevando a cabo los consultorios individuales o la realización de talleres dirigidos a las jóvenes con tópicos como: autoestima, noviazgo asertivo, motivación y otras relacionadas con habilidades sociales que deben desarrollar para poder tratar bien a las personas y que ellas se sientan bien tratadas también y todo lo que conlleva eso”, explicó la profesora Patricia, al tiempo de señalar que también tienen un abordaje psicoterapéutico ante el tema de las adicciones.
Historias de vida
Detrás de cada madre adolescente, hay una biografía dura, expresó Rebeca Mendoza, Directora de Naho: “Muchas de ellas, fueron víctimas de abuso o de trata de personas; están deprimidas o diariamente sufren violencia”. El programa de asistencia psicológica marca un antes y un después en estas historias de vida: “Gracias a todos estos talleres, las niñas son conscientes de que esas situaciones no son normales y no debería ser parte de su vida, ese es el primer paso para generar cambios”.
Tras las intervenciones, Rebeca Mendoza indicó que está notando resultados: “Efectivamente, esto aporta a su desarrollo humano, para que se puedan empoderar y romper los círculos viciosos. Por eso, decimos también que el propósito de la Fundación Naho -con la ayuda de la Universidad-, es la formación integral de ellas”.
Con mucha emoción y gratitud, Rebeca manifestó: “El aporte de la UPAP para nosotros es fundamental, porque estamos trabajando con personas y el apoyo psicológico, es algo que no está en sus posibilidades, más en esa zona y con esas necesidades, es decir, su primera necesidad es la alimentación. Entonces, que ellas puedan llegar a acceder a un tratamiento, a un taller psicológico, está muy lejos de su realidad. Y el impacto que eso genera no solamente en ellas, sino también a nivel de comunidad, es verdaderamente gratificante”.