La educación es la herramienta principal para la superación, es una fuente de valores donde se adquieren grandes virtudes, en especial en el nivel superior, debe conjugarse con los vertiginosos avances de la tecnología y el impacto de la globalización en una sociedad en constante transformación.
Debe necesariamente enfocarse a formar profesionales integrales, innovadores, creativos, aptos para un desempeño óptimo en cualquiera de las áreas. Con el paso del tiempo la sociedad va demandando con más fuerza habilidades, competencias y conocimientos que puedan dar respuesta a las exigencias que nacen en ella constantemente.
La importancia de inculcar valores en la educación superior radica en que a través de ellos se proporcionan herramientas que favorecen el proceso de desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad de reflexionar, moldeando así las reacciones ante las diferentes situaciones que se presentan en las diferentes etapas de la vida, hecho que favorece a la formación de profesionales íntegros, cálidos y competentes.
Una formación que contempla los valores, como pieza importante en este proceso, favorece el desarrollado de mayor capacidad para tomar decisiones morales en momentos conflictivos, promueve un relacionamiento eficaz, conforme a ideas y pensamientos coherentes.
La educación superior es compleja, además de los saberes propios de cada área del conocimiento, debe contemplar cualidades éticas y morales que permitan al estudiante transformar su entorno, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más humana, justa e igualitaria, en la que prevalezca la armonía y la convivencia pacífica en el entorno.